En tiempos antiguos todo cambio significaba algo desconocido y todo lo desconocido era peligroso. Una sociedad primitiva en su búsqueda de seguridad tenía que primero encontrar la estabilidad, lo cual significa no más cambios y no existen mejores herramientas para esto que tradiciones y religión.
Las tradiciones son protocolos de comportamiento que aseguran la comodidad psico-fisiológica de adaptabilidad de una cultura con su medio ambiente.
Las tradiciones surgen como fundamento de estabilidad, traspasan siglos proporcionando a sus seguidores esta pseudoseguridad sin ningún cambio. Sin embargo el tiempo pasa, los intelectos evolucionan, los valores cambian; pero las tradiciones no. En una época nueva las tradiciones ya no cumplen con su cometido, no están a la altura del progreso, están oxidadas por el tiempo y se convierten en el lastre de la evolución. Todo esfuerzo en su conservación más allá del valor antropológico es un desperdicio de recursos humanos. En un estado de mentalidad basado en valores actuales simplemente no hay lugar para una mecánica creada para solucionar problemas del pasado.
Las tradiciones surgen como fundamento de estabilidad, traspasan siglos proporcionando a sus seguidores esta pseudoseguridad sin ningún cambio. Sin embargo el tiempo pasa, los intelectos evolucionan, los valores cambian; pero las tradiciones no. En una época nueva las tradiciones ya no cumplen con su cometido, no están a la altura del progreso, están oxidadas por el tiempo y se convierten en el lastre de la evolución. Todo esfuerzo en su conservación más allá del valor antropológico es un desperdicio de recursos humanos. En un estado de mentalidad basado en valores actuales simplemente no hay lugar para una mecánica creada para solucionar problemas del pasado.