Sobre los profesionales

Refiriéndose a las personas, el término "profesional" carga con varios significados. Algunos de ellos son directos y otros no, algunos cayeron en desuso y conservan únicamente el valor semántico. Uno de los principales ejemplos es la relación con la palabra profesión, que es "un empleo, facultad u oficio que alguien ejerce y por el que percibe una retribución", como está definida por el diccionario de la Real Academia Española. De allí deriva que se le llama "profesional" a todo aquel que ejerce una profesión. Este significado en realidad se volvió obsoleto en nuestros tiempos ya que en mayoría de los casos cuando mencionamos la palabra "profesional" nos referimos a NIVEL DE CALIDAD.

Es curioso, pero todos aspiran ser profesionales y muchos se atribuyen esta etiqueta por sus propios huevos. Sin embargo no lo son ni remotamente. La confusión radica en qué es lo que la gente define como calidad. Voy a empezar esta reflexión con una frase que diferencia en cierta manera el nivel profesional.
Los amateurs entrenan hasta que les sale bien, los profesionales entrenan hasta que no puede salir mal
Voy a rectificar algo, en caso de un profesional la mismísima posibilidad de la realización descuidada de algo es inexistente. Al ver un número de telas alguien puede calificarlo como "excelente" y otro va a calificar el mismo número como "patético". Las dos evaluaciones tendrán sus fundamentos, la esencia de los cuales se basa en la premura de que todos tienen derecho a opinar. Pero no toda opinión es relevante. Si nos hacemos la pregunta de ¿Por que a los niños de edad de guardería no se les pide su opinión respecto a las reformas energéticas de un país? En grandes rasgos la respuesta es bastante obvia y estará cerca del argumento de que el intelecto de los niños no está a la altura del problema. En otras palabras su opinión es irrelevante. Por más simplista que pueda parecer este ejemplo la esencia del problema sigue siendo idéntica en todos los ámbitos. El intelecto debe estar a la altura.

El intelecto requiere de conocimiento, el conocimiento viene con la experiencia. Sin embargo los años gastados en algo todavía no garantizan la obtención de un nivel profesional. Es por eso que podemos toparnos con la gente de edad avanzada que son completos idiotas. Pero tampoco lo garantiza el estudio o el entrenamiento con el maestro más renombrado del mundo. Es por esto que podemos toparnos con idiotas egresados de instituciones de mayor prestigio y alumnos mediocres que no hacen el honor al nombre de su maestro.

Ignorantia legis neminem excusat.

La calidad contempla una escala de valores que contiene estándares como metas a superar. En cada nivel hay estándares propios. La gente se confunde evaluando a si mismos y evaluando a los demás atribuyendo las etiquetas de mayor valor a algo que no lo amerita. Esto no demuestra nada más que la ignorancia y como dicen: la ignorancia no te exime del cumplimiento. El nivel si existe solo que no eres capas de verlo siquiera.

Si pudiéramos imaginar que en tiempo de las cavernas algún cavernícola se pusiera a hacer maromas, lo podríamos etiquetar como acróbata. Ya que no existe en todo el mundo un nivel superior en la ejecución de esta clase de ejercicio y este amigo sería el único quien haya impuesto "el nivel". Sin embargo ahora, en el siglo XXI, en la disciplina que se denomina acrobacia hay suficientes representantes de nivel extraordinario, comparando con el cual las maromas de nuestro cavernícola no calificarían ni siquiera para entrar en nivel cero. Todo evoluciona con el tiempo. Las escalas de valores se modifican, los estándares crecen, nunca disminuyen. El hecho de que tu no conozcas cuales son estos estándares no los desaparece. Los profesionales saben reconocer el nivel.

Los profesionales

Los profesionales no andan con jaladas. Los profesionales no atribuyen éxitos o fracasos a hechos sobrenaturales. Los profesionales no pierden tiempo y no hacen a los demás perderlo. Los profesionales no experimentan a costo de los demás. Los profesionales no mentirán sobre la realidad de las cosas. Los profesionales no transformarán los hechos con tal de vender.

Estoy a favor de los profesionales. A menudo tienen un mal carácter, son solitarios. Con ellos es difíciles de negociar. Ellos saben el precio de sí mismos y a su trabajo. Son problemas. Pero ellos garantizan los resultados, o no aceptan el trabajo. El profesionalismo es la honestidad. La especie de honestidad en vías de extinción. Los profesionales son secos, directos, no amigables, ellos no fundamentan su trabajo en “el amor”. Ellos evitan toda clase de juegos, hipocresía y carrera de favores. Y lo más importante - los profesionales sólo respetan a los profesionales. - Dmitry Komov