Se encuentran dos comadres, una le dice a la otra:
― ¡Oiga comadre! Cuanto tiempo sin vernos! ¡Escuché que su hija y su hijo ya se casaron! ¿Cómo les va en sus matrimonios? ¿Cómo está su hijita tan guapa que ella?
― Todo bien, gracias a Dios, comadre. Le tocó un marido bien bueno. ¡Le presta atención todo el tiempo, le dio una tarjeta de crédito corporativa para que vaya de compras cuando quiere, la lleva de viajes cada tres meses, la manda a un ESPA cada sábado con masaje oriental, no deja que haga nada en la casa para todo contrata servidumbre, la trata como una princesa!
― Ay, ¡que bueno comadre! ¡Que gusto me da! ¿Y a su hijo como le va?
― Mmm... ¡A el le tocó una bruja maldita! ¡Demanda atención todo el tiempo, le pide para sus compras la maldita, le exige que la lleve de viajes, que cada semana quiere ir a un espa, NO QUIERE HACER NADA en la casa la pinche hüevona, ni que fuera princesa!