La Expresión Corporal. El Arte de Comunicar Sin Palabras

En el ámbito escénico, la expresión corporal es una herramienta esencial que va más allá de las palabras. Se refiere al uso consciente del cuerpo para comunicar sentimientos y narrar historias sin depender únicamente del lenguaje verbal. En el teatro, la danza y otras formas de entretenimiento, cada gesto, movimiento y postura pueden enriquecer la narrativa y profundizar la conexión con la audiencia.



Es fundamental que un artista posea el conocimiento y el control sobre su cuerpo para utilizar efectivamente la expresión corporal como herramienta. Este control se adquiere a través de la práctica en diversas disciplinas. Existen múltiples formas de expresión corporal, cada una vinculada a diferentes géneros de las artes escénicas, y cada una tiene su propia manera de comunicarse con el público e impactar sus sentidos.

Independientemente del tipo de expresión que utilice, el artista enfrenta una necesidad esencial: las capacidades físicas de su cuerpo deben estar en harmonía con las exigencias de su estilo. 

La expresión corporal depende de dos factores clave: las habilidades físicas y el control que podemos ejercer sobre ellas. No tiene sentido contar con un cuerpo en óptimas condiciones si no puedes ejecutar los movimientos deseados; del mismo modo, tener un control total sobre tu cuerpo es inútil si carece de las capacidades necesarias para cumplir con lo que requieres. Por lo tanto, el desarrollo de estos dos aspectos debe ser equilibrado. 



La expresión corporal es la manifestación física de nuestro talento histriónico; por lo tanto, para poder comunicar algo efectivamente, primero debemos tener un mensaje que transmitir. El entrenamiento corporal está íntimamente ligado al desarrollo integral del artista y no puede abordarse de manera aislada. Este equilibrio entre el crecimiento interno y externo es lo que transforma a una persona en un artista completo y único, capaz de conectar profundamente con su audiencia.



La expresión corporal está indudablemente relacionada con las capacidades físicas individuales. Si un artista desea aumentar su competitividad en un entorno donde la movilidad es fundamental, es esencial que se concentre en maximizar las capacidades de su cuerpo. En términos generales, cuanto más desarrolladas estén las herramientas que utilizas en tu profesión, mayor será tu valor como recurso artístico, lo que a su vez favorecerá el crecimiento de tu carrera.

Es importante recordar que invertir tiempo en habilidades que no se aplicarán no es productivo; sin embargo, cada aspecto que te permita mejorar respecto a lo que eras ayer debe ser valorado. El desarrollo de las capacidades físicas debe guiarse por una regla de oro: 
El constante perfeccionamiento de tus habilidades actuales.
Tu principal objetivo es mejorar a ti mismo y no tratar de convertirte en alguien más. Es fundamental tener esto muy claro. Siempre habrá personas que sobresalgan en ciertos aspectos; sin embargo, cada una de ellas ha vivido experiencias y enfrentado desafíos diferentes a los tuyos. Esa persona no eres tú, y por más que lo desees, no podrás convertirte en ella. En lugar de perder tiempo anhelando lo que pertenece a otros, enfócate en potenciar lo que tienes tú. 

Aunque pueda parecer difícil de creer, tú posees las mismas capacidades que esos otros individuos; simplemente están subutilizadas y necesitan ser activadas. Comienza a ejercitarlas y usarlas y descubrirás todo lo que puedes lograr.



El verdadero progreso solo se logra a través de la constancia. No importa cuán grandes sean los pasos que des hacia tu objetivo; lo esencial es que los des. Hoy puedes dar un pequeño paso, mañana uno más grande, y pasado mañana, quizás dos pasos pequeños. Lo importante es no quedarte estancado; mantente en movimiento.
Somos lo que hacemos con mayor frecuencia, la excelencia no es un acto, es un hábito. - Aristóteles.