— Señora Helena. ¿Puedo no morir?
El niño acostado en la cama está completamente calvo. La piel tiene un tono verdoso. Se parece a Fantomas de la antigua comedia francesa, solo que no hay nada gracioso en esto.
La anciana enfermera, pasados los sesenta años, se estremece. No se puede acostumbrar a esto. Un humano no puede acostumbrarse a esto. Por eso, se les llama humanos.
— ¿Por que dices esto, mi amor? Por supuesto que no te vas a morir...
Le dice ella conteniendo lagrimas.
— Es que, sabe qué señora Helena, este sábado es el cumpleaños de mi mamá, y yo le hice un regalo, yo mismo lo hice... ¿Cómo se lo voy a dar si voy a morir? ¿Puedo no morir hasta el sábado?
La oncología. El cuarto de aquellos que cruzaron la línea de la vida y la muerte. Estos niños ya están muertos, aunque se ven como vivos y hasta hablan. A cada uno de ellos le quedan escasos días. Tal vez semanas, con suerte meses. Si tu me dices que has visto algo peor qué esto, estas mal de la cabeza.
Este niño no necesita nada. No existe en este mundo nada que puede salvarlo. Lo único que quiere es entregar a su mamá esto que él mismo hizo. Este "algo" compuesto por pedacería de papel y cartón barato, que no tiene ni nombre. Este, es el regalo más grande en su vida... y en la de ella. Dios mío, yo no creo en ti, pero ayuda a su madre a sobrevivir esto. Ayúdale a no volverse loca...
...y nosotros tenemos iPhones... ¿Cuál es la edición? Tenemos televisores inteligentes. Tenemos retretes de oro. Tenemos refrigeradores con reproductor de MP3. Hasta en los viajes espaciales pueden volar turistas y no científicos. La ciencia entera se pone en fila para satisfacer los deseos de los estómagos andantes y las vaginas sin fondo. Institutos de belleza. Institutos de investigación sobre condones y toallas femeninas. Laboratorios de cremas contra las arrugas. El siglo XXI, ¡su chingada madre!, cáncer, SIDA y un montón de enfermedades mortales que no queremos vencer... No es que no podemos, no queremos.
En mis manos la revista "Ciencia y Vida" del 1956. El compendio de las fantasías de nuestros antepasados sobre el futuro. Voy a quemar esta pinche revista. ¡Humanidad! ¿Cómo te quedó el ojo? Maquinas de tiempo, la eterna juventud, píldoras contra todas las enfermedades, lenguaje inclusivo, naves espaciales... ¡Aquí está un masajeador eléctrico para tu gordo trasero! Los condones con sabores. Las píldoras para tragar y no engordar. ¡Traga lo que quieres! Métete este masajeador por el... Embárrate esas cremas en la geta... yo solo...
El niño logró sobrevivir hasta el sábado. Murió una semana después.