El riesgo en el ámbito aéreo circense es un tema multifacético. En un principio el riesgo forma parte intrínseca de trabajo aéreo artístico y resulta en uno de sus principales atractivos. Por otro lado el riesgo es la piedra angular de todas las controversias a la hora de promover la práctica de las disciplinas aéreas. Y por último, el riesgo en sí, es un concepto personal, ya que lo que es riesgo para uno, es pan comido para el otro.

Así para un principiante el hecho de descender en rappel de una altura de diez metros es toda una aventura; pero para un rescatista o trabajador vertical es solo una maniobra transitoria e intrínseca.
Así para una persona neófita el hecho de aventarse a la alberca de la plataforma de diez metros en posición “parado” es todo un logro; pero para un clavadista ni siquiera es un elemento para calificar ya que no cuenta con nivel de dificultad en absoluto.
Así para Cyril Raffaelli saltar desde el segundo piso haciendo un mortal al frente y aterrizarse en la arenita de la playa es el pan comido; pero si obligamos a hacer lo mismo a Michael Moore de seguro acabaría en el hospital.

El riesgo personal
Está claro que un ejercicio físico puede ser riesgoso para cualquier persona, sin embargo no en el mismo grado. Para una persona neófita en alguna disciplina, el hecho de realizar cierta maniobra puede resultar en lesiones o hasta en la muerte. Pero para una persona que lleva un tiempo considerable practicando esta disciplina, esta misma maniobra puede ni siquiera representar un tema para mencionar porque es absurdamente fácil.Así para un principiante el hecho de descender en rappel de una altura de diez metros es toda una aventura; pero para un rescatista o trabajador vertical es solo una maniobra transitoria e intrínseca.
Así para una persona neófita el hecho de aventarse a la alberca de la plataforma de diez metros en posición “parado” es todo un logro; pero para un clavadista ni siquiera es un elemento para calificar ya que no cuenta con nivel de dificultad en absoluto.
Así para Cyril Raffaelli saltar desde el segundo piso haciendo un mortal al frente y aterrizarse en la arenita de la playa es el pan comido; pero si obligamos a hacer lo mismo a Michael Moore de seguro acabaría en el hospital.
Esta clase de ejemplos nos ayudan a entender el axioma de riesgo: lo que es riesgo para uno, es pan comido para el otro.
El riesgo del consumidor
Las disciplinas aéreas se vuelven cada vez más populares y cada vez mas personas "se atreven" a probarlas. En esta carrera de ocupar en algo el tiempo de sus vidas, los consumidores no saben que están tratando con las actividades que esencialmente no son recreativas. Son actividades profesionales. El hecho de que están a la disposición del público general a través de diversos gimnasios, centros culturales, clubes y estudios solo se debe a dos factores: la moda y el dinero.La moda hace que una actividad se vuelve popular y comienza a atraer cada vez más seguidores causando tarde o temprano la sobrepoblación de practicantes con todas las consecuencias intrínsecas como:
El rebaño de consumidores en su eterna lucha por asesinar su aburrimiento, corren para deleitarse de esta nueva actividad de danza aérea. Carentes del costumbre de prevención y cuidado, por el hecho de no necesitarlo nunca antes, comienzan a relacionarse con las disciplinas aéreas igual que con cualquier otra disciplina que usualmente formaba parte de las ofertas de los gimnasios. Y aquí está el primer error.
Si en una clase de Zumba tú cometes un error y como consecuencia te tuerces el tobillo, de allí no pasa. Un poco de hielo, un par de días con desinflamatorio y ya estás listo para seguir Zumbando otra vez.
- La falta de instructores de buen nivel
- La falta de atención adecuada por parte de los instructores
- La falta de calidad en el proceso de entrenamiento
- La falta de seguridad por todo lo anterior
El dinero hace que las personas casuales al medio aéreo descubren que es fácil ganar dinero dando clasecitas y los gimnasios tratan de atraer más miembros ofreciéndoles una opción de actividad novedosa y competitiva.
El rebaño de consumidores en su eterna lucha por asesinar su aburrimiento, corren para deleitarse de esta nueva actividad de danza aérea. Carentes del costumbre de prevención y cuidado, por el hecho de no necesitarlo nunca antes, comienzan a relacionarse con las disciplinas aéreas igual que con cualquier otra disciplina que usualmente formaba parte de las ofertas de los gimnasios. Y aquí está el primer error.
Si en una clase de Zumba tú cometes un error y como consecuencia te tuerces el tobillo, de allí no pasa. Un poco de hielo, un par de días con desinflamatorio y ya estás listo para seguir Zumbando otra vez.
Si en una clase de danza aérea tú cometes un error, lo más seguro es que en este momento estarás un tanto alejado del piso y la fuerza de la gravedad del planeta dirá: vente para abajo chiquito. Este reencuentro con tu madre tierra puede costarte un poco más que un desinflamatorio si tienes suerte. Si la suerte no es lo tuyo... las consecuencias pueden ser impredecibles. ¿Y las colchonetas que? Pues, aunque haya colchonetas, esto no te garantiza a que con tu suerte no te tuerces el cuello y quedes parapléjico para el resto de tu vida. Así que pensar en las clases aéreas como si fueran cualquier cosa es un grave error.
El público es cautivado porque precisamente aquí y ahora, el artista arriesga su integridad para compartir un logro, para demostrar que los límites de las capacidades humanas pueden ser sobrepasados. Esto no es una película donde se pueden realizar una infinidad de tomas para obtener el resultado deseado. Esto está sucediendo en estos instantes y ante tus ojos. Ahora o nunca. El impacto de la presencia real y vívida es insustituible.
El público, en su mayoría, interpreta los trucos realizados por el artista, como algo superior a sus propias capacidades, uno de los más importantes factores en este fenómeno psicológico de la tensión es la inconsciente preocupación de que el artista puede caer en cualquier momento. En mayoría de los casos, el hecho de mantener al público “preocupado” es un truco de oficio, ya que las capacidades del artista superan por mucho el margen de seguridad. Afirmando una vez más el axioma de riesgo:
El riesgo intrínseco
El riesgo es una de las esencias de las disciplinas circenses aéreas. El artista vende el virtuosismo y el riesgo. De esto se trata el género aéreo circense. Si fuera seguro, tranquilo y fácil, a nadie le interesaría pagar por verlo. En muchos parámetros el circo supera al deporte en su atrevimiento de realizar hazañas que nunca han sido realizadas antes.El público es cautivado porque precisamente aquí y ahora, el artista arriesga su integridad para compartir un logro, para demostrar que los límites de las capacidades humanas pueden ser sobrepasados. Esto no es una película donde se pueden realizar una infinidad de tomas para obtener el resultado deseado. Esto está sucediendo en estos instantes y ante tus ojos. Ahora o nunca. El impacto de la presencia real y vívida es insustituible.
El público, en su mayoría, interpreta los trucos realizados por el artista, como algo superior a sus propias capacidades, uno de los más importantes factores en este fenómeno psicológico de la tensión es la inconsciente preocupación de que el artista puede caer en cualquier momento. En mayoría de los casos, el hecho de mantener al público “preocupado” es un truco de oficio, ya que las capacidades del artista superan por mucho el margen de seguridad. Afirmando una vez más el axioma de riesgo:
Lo que es riesgo para uno, es pan comido para el otro