4 cosas que debes tener presente en el aislamiento



1) Cuidado personal.

Para bien o para mal, pero nuestra vida cotidiana normal nos mantiene ordenados. Para salir al trabajo o a una reunión nos arreglamos. Tratamos de mantener cierta presentación. De acuerdo a lo que cada quien comprende por su propia imagen. El orden y el aseo personal están directamente relacionados a los valores humanos que cada quien profesa. Mientras más te aflojas, más decae tu escala de valores, cada vez menos te comienza a importar lo que te rodea, eventualmente desaparece el respeto por tu ambiente y con él el respeto hacia ti mismo. La dignidad no es algo que está relacionado con lo exterior, la dignidad es la percepción de respeto hacia ti mismo.

Cuando yo estaba estudiando la carrera en ВГИК, nuestro director de cátedra, Aleksey Batalov, nos contó una historia que se me quedó grabada. Era un ejemplo de la dignidad humana en un campo de concentración nazi en la segunda guerra mundial. La gente estaba concentrada en el campo simplemente esperando su turno para ser ejecutados. Había un hombre, cuyo nombre se perdió en la historia, que pertenecía a la clase intelectual, aparentemente era científico. Un día antes de la ejecución de todo su barracón, él encontró un pedazo de vidrio y se rasuró y se aseó como pudo. No lo hizo para aparentar nada. Lo hizo porque su propio respeto hacia sí mismo dictaba sus acciones. Este es un ejemplo de valores humanos.
Buena persona se avergüenza incluso delante de un perro. - Antón Chéjov
Así que el punto número uno es el orden y el aseo personal. No te permitas a decaer y vivir en un basurero. Establece tus valores y apégate a ellos con firmeza.

2) Cuidado de tu casa.



Mantén el orden en tu casa. El desorden del ambiente donde vives y el desorden de como piensas son dos cosas intrínsecamente relacionadas. Todo desorden proviene de la pobreza mental. El valemadrismo no es sinónimo de la creatividad ni un síntoma de ser revolucionario o progresista. Solo es un testimonio del conformismo y la total ausencia de ganas de evolucionar.

Cuando llevas en la casa un buen rato, llega el momento cuando ya está de hueva llevar esa envoltura del gansito al basurero, o guardar este casco de caguama, da flojera lavar los trastes inmediatamente y se van almacenando, se distrae uno con su celular y no termina de hacer la cama, la cual permanece así todo el día... Parece insignificante, pero todos estos detalles manifiestan el principio de tu fin. Fin de un ser humano digno de respeto y el nacimiento del valemadres, uno de tantos a causa de quien este gran país es catalogado como tercer mundo. La misma falta de importancia que le das al orden en tu vida, la aplicas en todo lo que haces. En tu trabajo, en tus relaciones, en tu profesión, en tu futuro.

3) Bombeo cerebral

La naturaleza comprende dos estados: el estado de evolución y el estado de degradación. Cuando algo deja de evolucionar - comienza a degradarse. Una persona que practica algún deporte o disciplina física, generalmente comprende que cuando deja de usar ciertos músculos, éstos primero perderán sus atributos y eventualmente se atrofiarán. ¡Lo mismo sucede con el cerebro!



En el momento cuando comienzas a alimentar a tu cerebro con la información sin valor, tu cerebro entrará en el modo de ahorro, es decir el menor esfuerzo y mayor placer. El cerebro es el mayor consumidor de placeres que hay en el mundo. Te dará el resultado con el cual lo alimentas. Le das retos y estará listo para apoyarte con los retos, le das La rosa de Guadalupe y...

En la vida cotidiana, una persona promedio toma alrededor de 35,000 decisiones al día. Resolvemos problemas, pensamos activamente, planeamos, estudiamos y etc. Así que no bajes el ritmo, llévate trabajo a casa, tomate cursos en línea, estudia un idioma, lee un libro. Haz uso de tu cerebro, no lo obligues a entrar en el estado de hibernación por falta de uso.

4) Mantenimiento físico.

La misma idea que con el uso del cerebro. Cuando dejas de usar algo, este algo se va a atrofiar. Las capacidades físicas se desvanecen en forma más obvia. Lo notas cuando has logrado ciertos resultados a través de un proceso de entrenamiento y después tratas de aplicar lo mismo regresando de vacaciones en las cuales no has hecho nada. ¡Bam, no puedes! Todo está tieso, todo está descoordinado, el cuerpo no jala.



Desgraciadamente las capacidades físicas no son como las pertenencias: una vez que pagaste por ellas, ya son tuyas por el resto de tu vida. Tendrás que trabajar constantemente para mantenerlas. Parece injusto, pero en realidad no lo es. Si fuera fácil cualquier idiota lo tendría. Aquí es donde viene como anillo al dedo la famosa frase:
La diferencia entre lo que eres y lo que quieres ser es lo que haces.

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