Esto es un fragmento de una conversación que tuvimos con una amiga y un intento de responder a las inquietudes que ella expresó. Lo publico aquí con la esperanza de que estas reflexiones puedan ayudar a alguien más en su proceso también.


Lo fácil y lo favorable
Primeramente no se trata de las cosas "más fáciles", sino de los atributos más favorables. Hay diferencia. Por ejemplo: a mi me gustan las papas Sabritas. Es una de las maneras mas fáciles de hacerme feliz. Sin embargo, mi estomago invariablemente responde a esta felicidad con diarrea y esto no es favorable. Es un ejemplo estúpido, pero es real.La flexibilidad es mi fuerte y la fuerza es mi debilidad
Para mi, la flex y la fuerza, son dos lados de la misma moneda que deben vivir en armonía. La flexibilidad debe ser la suficiente para complementar el rango de los personajes, interacciones o necesidades escénicas que pretendes realizar. La fuerza, a su vez, soporta su parte de tus necesidades. Se trata de comprender que parte está fallando y encontrar la maneja de mejorarla al grado donde haga una simbiosis con todo lo demás.Si yo pretendiera competir con los gimnastas olímpicos, esto causaría por un lado, una inversión de tiempo que no me puedo permitir y por otro lado una frustración a causa de no realizar mis expectativas. En este panorama no estaría avanzando a ningún lado. El punto clave de este párrafo es la inversión del tiempo que sí nos podemos permitir.
La cocina personal
Descubrir y construir nuestro "ser escénico", ya sea como directores, creadores, coreógrafos, artistas o cualquier otro rol, es similar al arte de la cocina. No importa cuántas recetas sigamos, copiemos o intentemos reproducir. Al final, lo que realmente importa es experimentar, mezclar los ingredientes según nuestra propia lógica, y a través de prueba y error, descubrir qué tan interesante y satisfactorio es el sabor que obtenemos. Cuando encontramos nuestro propio método para crear esos sabores, llega el momento de epifanía: la vida antes y la vida después de ese momento.Las herramientas en uso.
Volviendo al tema de Flex vs Fuerza, una manera de aclarar nuestra visión sobre nosotros mismos dentro de un ámbito es ver todo a nuestro alrededor, incluyéndonos, como herramientas. Es decir, nuestras habilidades y capacidades son nuestros instrumentos y nosotros mismos somos una herramienta dentro de un ámbito, proyecto, espectáculo o incluso una sola clase.
Por ejemplo, en mi mundo imaginario, me veo ocupando cierto lugar en el ámbito escénico. Debo ser capaz de observar esta situación desde fuera y preguntarme: ¿Tengo todas las herramientas necesarias para desempeñar el papel que pretendo? Si no son suficientes, es importante definir cuáles son aquellas herramientas esenciales y prioritarias que me gustaría tener, para luego enfocarme en desarrollarlas o adquirirlas.
Así, la necesidad de obtener habilidades específicas estará relacionada con las exigencias del "personaje" que interpretamos. Este personaje puede requerir más flex que fuerza, o viceversa; puede no necesitar flex en absoluto y, en cambio, exigir una buena proyección de voz. Cada caso es particular y, por supuesto, un artista escénico maduro cultiva su "personaje" en torno a las capacidades con las que ya cuenta y considera orgánicas en si mismo, las que le otorgan ventajas.
A esto se refiere el concepto de los atributos favorables.