En pleno siglo XXI, parece que aún hay quienes confunden el gozo personal con una carrera profesional. No tienen claro en la cabeza el porqué están haciendo lo que están haciendo. Es cuando una persona en realidad no quiere hacer circo, sino quiere tener un pasatiempo recreativo y sentirse autorrealizado. Entre tantas opciones de pasatiempos que ofrece el mundo moderno, esta persona decide escoger las actividades circenses, cualquiera que sea su razón para esto.

Obviamente, cuando se enfrentan a los desafíos de una verdadera carrera artística, la realidad golpea como un ladrillo y de pronto el pasatiempo deja de ser divertido. De repente, se dan cuenta de que no basta con asistir a las pachangas circenses, que para significar algo dentro del ámbito profesional hay saber hacer algo... y para esto hay que invertir tiempo y esfuerzo. Y esto ya no es divertido. Así que, tras un breve periodo de entusiasmo, muchos optan por quedarse en la zona de “me la paso bien pachequeando y me siento artista”.

Obviamente, cuando se enfrentan a los desafíos de una verdadera carrera artística, la realidad golpea como un ladrillo y de pronto el pasatiempo deja de ser divertido. De repente, se dan cuenta de que no basta con asistir a las pachangas circenses, que para significar algo dentro del ámbito profesional hay saber hacer algo... y para esto hay que invertir tiempo y esfuerzo. Y esto ya no es divertido. Así que, tras un breve periodo de entusiasmo, muchos optan por quedarse en la zona de “me la paso bien pachequeando y me siento artista”.
Por supuesto que esto no implica que todo lo institucional sea sinónimo de calidad. ¡Para nada! Hay mucho por hacer y mucho por cambiar en el ámbito artístico. Pero antes de lanzarse a la aventura, una de las preguntas más cruciales que cada persona debería hacerse en este cruce de caminos es:
¿Estoy buscando una carrera o simplemente un pasatiempo?
La respuesta podría cambiar tu vida...