El dilema de la simplificación



El concepto desarrollado por Oleg Kemaev

Al tratar de explicar algo surgen las preguntas: ¿Cómo hacerlo claro pero no demasiado simple? ¿Cómo no perder lo esencial tratando de simplificar? Yo llamo a esta elección el dilema de la simplificación. La siguiente esquema puede ayudar a resolver este dilema. 



Imagine un eje horizontal numerado del 0 al 10. En este eje, vamos a colocar un representante de nuestro sujeto de estudio. Los números muestran qué tanto nuestro sujeto está adelantado en el tema. A la izquierda, donde inicia con 0 estarán los principiantes (gente común). A la derecha, acercándose a 10 estarán los expertos. También agregamos dos preguntas en la parte superior del eje: a la izquierda ¿Por qué?, a la derecha ¿Cómo? con su representación gráfica de incremento-decremento. 

Para que nuestra audiencia comprenda el tema, las personas sin experiencia deben responder a la pregunta ¿Por qué? ¿Por qué necesitan lo que se está explicando? En cambio las personas con experiencia, estarán mas interesadas en ¿Cómo? ¿Cómo hacer las cosas de la mejor manera?

Determinamos donde se ubica nuestro sujeto en esta escala. Si es principiante, entonces debemos simplificar nuestras explicaciones y entrenamiento fuertemente hacia el ¿Por qué? Si nuestro sujeto se acerca más hacia nivel experto, entonces le podemos ofrecer las explicaciones más complicadas y en la dirección del ¿Cómo? 




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