Las calificaciones y la educación

Las evaluaciones en una escala determinada (ya sea de 1 a 5, de la A a la F, o de 1 a 100) han sido y siguen siendo un punto de discusión. Los científicos aún no han llegado a una conclusión definitiva sobre si las calificaciones son útiles o perjudiciales; los resultados de diversas investigaciones varían. Aquí algunos puntos para reflexionar.
 


¿Evaluación o burocracia?

Empecemos con lo más evidente: las necesidades de un sistema burocrático de catalogar a las personas y los procesos de alguna manera. Esta práctica está muy lejos de reflejar la realidad de los procesos de enseñanza/aprendizaje ya que está enfocada en satisfacer los objetivos que no forman parte en estos procesos. Esto se manifiesta cuando un sistema educativo se ve obligado a adoptar una escala de calificación que responde principalmente a iniciativas políticas y populistas en lugar de servir como un estímulo para los procesos educativos. Por ejemplo, si tenemos una escala de calificación de 1 a 10, pero desde instancias superiores se emite una orden de que nadie puede recibir una calificación inferior a 5, ¿no sería más lógico usar una escala de 1 a 5 o de 5 a 10?

Cuando las calificaciones no reflejan con precisión el nivel de competencia de los estudiantes, la educación se convierte en un proceso menos confiable, lo que afecta la competitividad global.

Cuando se garantiza que ningún estudiante obtendrá una calificación por debajo de un cierto umbral, se elimina el incentivo para esforzarse. Los estudiantes pueden carecer de motivación para superarse ya que no ven la necesidad de hacerlo debido a la garantía de una calificación mínima.

Establecer calificaciones basadas en consideraciones políticas o populistas distorsiona la verdadera evaluación del desempeño. Esto, a su vez, lleva a la falta de transparencia y objetividad en la medición del conocimiento y habilidades.

La máxima calificación: ¿éxito real o simple suerte?

Veámoslo de esta manera: en el entrenamiento acrobático, debes repetir cualquier ejercicio o elemento muchas veces hasta que comienzas a lograrlo constantemente. La opción de "Este ya lo vi, vamos al siguiente" no funciona. Realmente aprendes algo y lo haces tuyo solo si puedes ejecutarlo una y otra vez sin titubeos.

No se pueden establecer plazos para aprender habilidades en acrobacia; algunos pueden dominar una técnica complicada en un par de días debido a su talento y capacidades, mientras que a otros les va a tomar meses para lograr el mismo resultado. Para adquirir una habilidad sólida y no un resultado ocasional, debes invertir tu tiempo en la repetición sistemática de ejercicios apropiados.

En la acrobacia, no se pueden asignar calificaciones durante el proceso de aprendizaje. Las calificaciones pueden desmotivar y no proporcionan una representación objetiva de las habilidades y conocimientos reales. Por ejemplo, si no logras completar un "mortal al frente", recibes una calificación baja, si lo logras parcialmente, una calificación intermedia, y si lo haces bien, una calificación alta. Pero un acto exitoso puede deberse tanto a la habilidad como a la suerte.

Otro aspecto de las habilidades es que no se pueden falsificar, copiar o pedir que te den una pista. O lo sabes hacer o no. En caso de las capacidades físicas no puedes ponerte hacer las dominadas un día antes de tu evaluación, no servirá de nada. Si no pudiste hacer la cantidad necesaria hoy, tampoco lo podrás hacer mañana. Esto tal vez podría resultar en Biología, yo puedo ponerme a estudiar una noche antes del examen y memorizar sobre la homeostasis de la glucemia, pero no podré hacer lo mismo con acrobacia, simplemente no funciona así.

El profesor estadounidense de física, conocido como "Doctor Tae", hace semejante analogía entre la educación y skateboarding en su presentación en TEDx Talks: Can skateboarding save our schools?

¿La calidad de conocimiento o la calidad de relación?

Es relativamente fácil hacer trampa en la estructura clásica de control de resultados: mirar la respuesta en internet, preguntar al compañero, consultar las notas y etc. Incluso una buena relación entre el profesor y el estudiante puede ayudar a este último a obtener la calificación necesaria.
 


En un estudio (2019-2020) los especialistas compararon las calificaciones otorgadas por los maestros y los resultados de los exámenes estatales (en el Examen Estatal Unificado, el sistema de evaluación está desprovisto del factor subjetivo). Se descubrió que los estudiantes que parecían agradables,  responsables y motivados a los ojos de los profesores, con mayor frecuencia recibían calificaciones más altas.

¿Qué es lo que califica la calificación?

¿Y qué significa realmente una calificación? Algunos educadores creen que es un acto de otorgar al maestro el poder especial sobre los estudiantes, algo así como un ser supremo que decide el destino. Justificando esta "omnipotencia" con los argumentos de que es por su propio bien. Por ejemplo, se puede aumentar la calificación de un estudiante por su trabajo en un evento escolar y disminuirla por entregar una tarea tarde. Se puede bajar la calificación por no reunir el quorum de asistencia o por portarse de cierta manera. Es una practica de la cual todos saben, pero nadie habla. Cuando en realidad es un chantaje institucional que no está relacionado con el nivel de conocimiento asimilado como parte del proceso de aprendizaje. Es la razón por la cual los educadores de todo el mundo no se apresuran a renunciar a las sistemas de calificaciones.

La profesora estadounidense Jennifer Hurley, lo expresa en su artículo "Why I Had to Give Up Grades or Give Up Teaching".
Cuando modifiqué el sistema de calificaciones, lo hice con el propósito de cambiar el comportamiento de mis estudiantes, de la misma manera en que doy premios a mis perros para que vayan a su lugar. Los profesores, incluyéndome a mí, justificamos estas medidas argumentando que se realizan en beneficio de los propios estudiantes. La idea principal era que podíamos motivar a los estudiantes a hacer algo beneficioso para ellos mismos, es decir, entrenarlos para tomar la mejor decisión.
El problema radica en que en la práctica, no todos los estudiantes pueden comprender el verdadero significado de tales calificaciones, incluso cuando detrás de ellas hay nobles intenciones, y mucho menos pueden tomar una "mejor decisión" supuestamente impulsada por este tipo de evaluación.

Para entender por qué tu trabajo fue calificado de cierta manera requiere de cierto nivel de madurez, pero en muchos casos (mas en los niños) los estudiantes no pueden analizar por qué el trabajo se evalúa en un 5, 7 o 10 en un caso específico. Como lo señala el pedagogo y científico ruso Shalva Amonashvili en su artículo de 2007, simplemente no tienen las habilidades de reflexión necesarias. Además, las emociones que surgen de recibir una recompensa o, por el contrario, una reprimenda, a menudo les impiden reflexionar sobre la esencia de lo que está sucediendo.

Las calificaciones también dejan una huella en la formación de la personalidad de los estudiantes. Los investigadores del Instituto de Sociología de la Academia Rusa de Educación en el artículo "From a 1 to a 10: The Facets of School Grading," presentaron los siguientes datos: a medida que los niños crecen, los propios profesores mencionan con más frecuencia la falta de objetividad en la calificación como una de las razones del comportamiento agresivo de los estudiantes hacia ellos.

En este estudio, los sociólogos encuestaron a 3,056 estudiantes de quinto a noveno grado en 22 escuelas de Moscú. Los autores del artículo analizaron lo que influye en la motivación de tres grupos: estudiantes con calificaciones Promedio, Bueno y Excelente. Se descubrió que cada sexto estudiante del grupo "Promedio" percibe no solo una falta de objetividad, sino un trato negativo por parte de los maestros durante las actividades de aprendizaje.

  • El 57,6% de los estudiantes encuestados creen que los profesores evalúan sus conocimientos de manera objetiva.
  • El 12,2% piensan que los profesores les ponen calificaciones más bajas de lo que merecen.
  • El 3,5% indican que los profesores les dan calificaciones más altas de lo que merecen.
  • El 19,6% tuvo dificultades para responder.

Los sociólogos consideraron muy importante que casi uno de cada cinco encuestados tuvo dificultades para responder. Esto significa que a un número significativo de estudiantes no les quedan claros los criterios según los cuales los profesores evalúan sus conocimientos. Y si los criterios no están claros, es poco probable que la calificación sirva como un estímulo positivo para ellos.

Así que considerar que al asignar calificaciones, el profesor ve un resultado objetivo de su propio trabajo es un tanto engañoso.

Entonces, ¿las calificaciones no aumentan la motivación?

En cuanto a la motivación y las calificaciones, es especialmente interesante. Por ejemplo, el experto en educación Alfie Kohn señala que las calificaciones sirven solo como una motivación externa. En última instancia, el estudiante se esfuerza por obtener una calificación suficiente para alcanzar algún objetivo (por ejemplo, para pasar al siguiente nivel, graduarse de la escuela, ingresar a la universidad). Pero no tienen ningún impacto en la motivación interna e incluso pueden perjudicarla. Después de todo, la verdadera motivación interna es aprender con el fin de realmente adquirir algo y hacerlo suyo.

Alfie Kohn destaca loa siguientes efectos negativos:
  1. Disminuyen el interés del estudiante en lo que está estudiando.
  2. Favorecen la preferencia por las tareas más fáciles. Los estudiantes se enfocan en cómo obtener la calificación "necesaria", lo que significa que elegirán tareas más sencillas para asegurarse de alcanzar su objetivo. No tienen motivación para aprender material fuera del programa o adquirir conocimientos adicionales si pueden hacer lo mínimo necesario para obtener una calificación.
  3. Reducen la calidad del pensamiento. A menudo, la evaluación se centra en la memorización del material. Es por esto que los estudiantes más frecuente hacen preguntas de tipo: ¿Esto estará en el examen? en lugar de: ¿Es realmente cierto lo que nos están enseñando?
  4. En resumen, las calificaciones motivan a no aprender, a no profundizar en el material, sino a memorizarlo y olvidarlo inmediatamente después del examen.

En una situación de evaluación estándar, los estudiantes se centran en cómo "pasar" (es decir, hacerlo más rápido, más fácil y obtener la calificación que desean) en lugar de en lo que están estudiando (es decir, en el contenido del aprendizaje). Esta idea está respaldada por otros investigadores. Por ejemplo, el autor del bestseller "La sorprendente verdad sobre qué nos motiva" periodista, Daniel Pink, llegó a una conclusión similar.

La profesora Susan Blum de la Universidad de Notre Dame tiene observaciones semejantes en su libro "Love Learning; I Hate School".

Entonces...

Los teoréticos y los prácticos en el campo de la educación, cada vez más coinciden sobre el hecho de que el sistema de calificaciones que se estableció hace siglos ya no cumple con las demandas de la actualidad y necesita una reforma.
El sistema de calificaciones de puntos desempeñó un papel histórico al eliminar el castigo físico del proceso educativo y hacerlo más humanitario. Sin embargo, en la etapa actual, ya no puede proporcionarnos efectos positivos. - Lyudmila Chipysheva